Garcilaso de la Vega fue un poeta y militar español, y uno de los más importantes referentes del «Siglo de Oro», influyendo mucho tanto en sus contemporáneos como en posteriores generaciones de escritores.
Garcilaso de la Vega nació en Toledo, aunque no se sabe muy bien cuándo. Se cree que pudo haber nacido entre 1491 y 1503. Lo que sí se sabe es que fue el tercer hijo de Garcilaso de la Vega, su padre, señor de Arcos y comendador mayor de León en la Orden de Santiago, así como de su madre Sancha de Guzmán, señora de Batres y de Cuerva.
Pero Garcilaso quedó huérfano de padre pronto, educándose con esmero en la Corte a partir de entonces. Fue en esos años cuando conoció a quien sería su gran amigo, Juan Boscán, un caballero de la época. Probablemente sería su amigo Juan, precisamente, quien le transmitiría su aprecio por el poeta valenciano Ausiàs March, quien dejó una gran huella en su obra posterior.
Desde muy joven Garcilaso entró al servicio del rey Carlos I, participando en varias campañas militares a su servicio. No en vano, fue conocido en la época como soldado y poeta, pero siendo reconocido en vida más por sus méritos militares que por su talento como poeta.
Garcilaso de la Vega se casó con una mujer llamada Elena de Zúñiga (que era la dama de doña Leonor, hermana del rey Carlos I de España y V de Alemania) en el año 1525, y con ella tuvo tres hijos llamados: Garcilaso, Íñigo de Zúñiga y Pedro de Guzmán.
Se cree que este fue uno de esos matrimonios típicos de la época, hecho por conveniencia y no por amor, ya que, en realidad, el gran amor de Garcilaso fue una mujer portuguesa llamada Isabel de Freyre, a la que dedicó gran parte de su obra, pero que nunca correspondió su amor.
En el año 1530 Garcilaso se trasladó con el rey Carlos I a Bolonia, donde este último sería coronado emperador por el Papa. Y, tan solo un año después, Garcilaso fue testigo en la boda de un sobrino suyo, lo que enojó mucho al emperador, que no veía con buenos ojos ese matrimonio.
Este conflicto no quedaría aquí, pues lo cierto es que el emperador llegó a ordenar que apresasen a Garcilaso en una isla situada en el Danubio. Luego, y gracias a sus amigos, Garcilaso sería trasladado a Nápoles, donde residiría desde entonces a las órdenes del Virrey.
Garcilaso también participó en la vida intelectual de la ciudad y, cuando estalló la Guerra Italiana entre Francisco I de Francia y Carlos I de España, Garcilaso tuvo una importante participación. Lamentablemente, cayó gravemente herido durante el asalto a una fortaleza, falleciendo poco tiempo después en Niza, lo que se cree que ocurrió entre el 13 y el 14 de octubre de 1536.
La obra poética de Garcilaso de la Vega fue conocida de forma póstuma y no en vida, y sería la viuda de su amigo Juan Boscán la que publicase “Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega” en el año 1543, dándolo a conocer. Esta publicación tuvo una importante acogida del público, siendo reimpresa hasta que se publicaron, en un volumen aparte, las obras de Garcilaso de la Vega.
Hoy en día la obra de Garcilaso se considera el inicio del Renacimiento español, y en ella usó algunas de las formas poéticas italianas de la época, inspirado especialmente por figuras como Francesco Petrarca o Ausiàs March.
Por eso, aunque su obra no fue tan amplia como la de otros escritores del momento, dado que falleció siendo joven, aun así es considerada de vital importancia en la literatura clásica. Miguel de Cervantes, Gustavo Adolfo Bécquer, Rafael Alberti o Miguel Hernández, son tan solo algunos de los ejemplos de escritores influenciados por Garcilaso de la Vega.
