Biografía y dedicatoria de Ana María Matute

Biografía y dedicatoria de Ana María Matute

Ana María Matute

 

SIEMPRE CON NOSOTROS: Ana María Matute (26 de julio de 1925- 25 de junio de 2014)

A veces me imagino a Ana María Matute como a la protagonista del film El laberinto del fauno: una niña que busca y se refugia permanentemente en la fantasía, para huir de los demonios que le acechan en el mundo real. Salvo porque la autora perteneció a una familia relativamente acomodada de la burguesía catalana, apenas tenía once años también cuando se inicia la guerra civil española. Este suceso debió influirla plena y tremendamente, a tenor del contenido de casi todas sus historias y novelas, en las cuales se alude de una forma u otra al suceso. Un hecho desgarrador de la historia, que debió encerrar en sí misma a la escritora provocándole un deseo constante de infancia que no cesó hasta el final de sus días, como ella misma llegó a confesar en multitud de ocasiones. Ana María Matute se inserta, por tanto, entre aquellas escritoras que por determinadas circunstancias, nunca llegaron a adaptarse bien a la vida adulta al no llegarles nunca a convencer la sociedad y el entorno que les rodeaba. Hablamos de autoras como Gloria Fuertes, Elena Fortún o Astrid Lindgren.

 

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Pero en el conjunto de su obra escrita, Ana María Matute no solo nos brinda el amor a la infancia, sino también a otros sentimientos como el respeto y el cariño a las tradiciones o a la naturaleza, a través de elementos como los pueblos, el sol, la luna, el agua…o incluso el bosque entero. Bosques que significaban para la autora mundos absolutamente mágicos y misteriosos, en los cuales llegaba a advertir la presencia de hadas y duendes. La confesada falta de amistades en su niñez, dotaría a la escritora de una sensibilidad extraordinaria y única volcada en las cosas más preciadas y, a menudo y paradójicamente, más inapreciables de la vida. Así, Ana María Matute nos habló de su pasión por los nombres de las flores o de su amistad infantil con tres árboles llamados, el abuelo, el amigo y el otro, que le confiaban sus secretos cuando se acercaba a ellos.

Matute se había iniciado en la escritura y la pintura de sus propias novelas a la edad tan temprana de cinco años, con historias como Volflorindo o los mundos ignorados, altamente recomendable para la lectura del alumnado infantil, al tratarse de un cuento que puede ayudar a desarrollar completamente la sensibilidad por todo lo natural que nos rodea. Sin embargo para la escritora, a pesar de su pasión por la pintura, lo más importante del mundo eran las personas. Un sentimiento hacia los hombres y las mujeres traducido en personajes tan delicados como inolvidables.

 

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Si tuviera que elegir hoy, puede que me quedase con la ternura y curiosidad de la pequeña Paulina, o de Adri en Paraíso Inhabitado. Si es que hubiera que elegir. Porque tarea difícil sería esa para los que amamos a Ana María Matute.

Talento irrepetible…

 



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