Rafael Alberti: Poeta y marinero en tierra
Despedíamos la semana pasada al verano. Un verano, que nos ha recordado como tantos otros a Rafael Alberti, el famoso poeta gaditano de la generación del ’27. Un poeta que nunca ha sido asociado de manera general a la poesía y la escritura infantil, y cuyos versos, sin embargo, no dejan de rezumar esa ternura, ingenuidad y dulzura, que sin duda, desprende esa palabra denominada «infancia».
Recordamos el verano, aún bien perceptible en nuestra memoria, con su fuego y su color únicos, asociados de manera inevitable a momentos de quietud y felicidad, y recordamos también todos aquellos versos salinos creados, bálsamo infalible del irremediable otoño.
Porque, ¿qué necesita un escritor para dirigirse literariamente al niño? ¿Necesita trabajar, acaso, recursos específicos y artificiosamente estructurados? O, por el contrario, ¿está dotado de una sensibilidad especial, cuya esencia literaria finalmente será válida para la infancia, de manera voluntaria o no? Nosotros creemos que pueden ser ambas, aunque la segunda tiene un carácter mucho más puro y alabable, y de este modo, vemos en Alberti a un genio de la poesía infantil necesario en el aprendizaje de los primeros años.
Son muchos los temas, además del mar, trabajados por el escritor y adaptables a la infancia, pero hoy, y a un mes de cumplirse quince años de su fallecimiento, queremos homenajear al autor que más nos habló del océano y todas sus maravillas. Porque tal vez no haya un sentimiento tan grande, compartido por pequeños y mayores, como el de la alegría y la nostalgia de la estación estival.
¡Feliz otoño!
La niña que se va al mar
¡Qué blanca lleva la falda
la niña que se va al mar!
¡Ay niña, no te la manche
la tinta del calamar!
¡Qué blancas tus manos, niña,
que te vas sin suspirar!
¡Ay niña, no te las manche
la tinta del calamar!
¡Qué blanco tu corazón
y qué blanco tu mirar!
¡Ay niña, no te los manche
la tinta del calamar!
Rafael Alberti, Marinero en Tierra