CUENTO INFANTIL: Mati, el tiranosaurio vegetariano

Mati, el tiranosaurio vegetariano

Mati, el tiranosaurio vegetariano

Mati, el tiranosaurio vegetariano

 

Érase una vez, hace muchos millones de años, un mundo en el que vivieron los Tiranosaurio Rex, justo en lo que hoy conocemos como América del Norte. Esta clase de dinosaurios tenían fama de ser muy feroces y violentos, ya que podían comerse a cualquiera de un mordisco y nadie les ganaba nunca, aunque lo que ocurría realmente es que los demás huían despavoridos apenas veían a un Tiranosaurio Rex, intentando así salvar sus vidas del presunto dinosaurio peligroso.

Sin embargo, el Tiranosaurio Rex de esta historia era muy diferente a como se pintaba en las leyendas, pues aunque es cierto que era gigantesco como un edificio y sus mandíbulas eran lo suficientemente fuertes como para convertir las rocas en arena, Mati (que así se llamaba este Tiranosaurio Rex) era muy tranquilo y amigable.

 

cuento Mati, el tiranosaurio vegetariano

 

En vez de comerse a los demás dinosaurios prefería tenerlos de amigos, porque lo que verdaderamente le gustaba a él eran las hojas frescas de los árboles y las jugosas frutas, y es que resulta que Mati había decidido hacerse vegetariano. A pesar de esto, los dinosaurios que no le conocían le tenían mucho temor, porque daban por hecho que todos los Tiranosaurio Rex eran igual de bravucones, malvados y carnívoros. Sin duda, esto hacía sentir muy mal a Mati, que se pasaba todo el día solo caminando de un lado a otro y sin poder hablar ni jugar con nadie, pues todos salían corriendo.

Un día, un dinosaurio forastero que llegó de un lugar muy lejano se cruzó con Mati y pudo verle comiendo de un árbol, lo que le produjo tanta curiosidad que decidió acercarse a hablar con él:

― ¿Por qué estás comiendo hojas? ―preguntó el nuevo dinosaurio.

Mati se sorprendió tanto de escuchar a alguien hablándole, que se puso muy nervioso y se tropezó con sus propios pies, cayendo sentado y causando mucha risa al dinosaurio forastero.

― Soy vegetariano ― explicó Mati riéndose un poco y levantándose― no me gusta comer carne y mucho menos a otros dinosaurios.

― ¡Oh, que interesante! Nunca había conocido a un Tiranosaurio Rex vegetariano… ¡Todos por aquí deben estar muy felices contigo! ― Dijo con tono irónico el nuevo dinosaurio.

― Pues no lo sé, porque lo cierto es que nadie me habla ―dijo Mati poniendo cara triste―, porque creo que les doy mucho miedo por mi gran tamaño y grandes dientes. Aunque nunca los he atacado, siguen manteniéndose lejos de mí a causa de las falsas creencias.

― Pues debes sentirte muy solo―el forastero se sintió mal por Mati y de inmediato tuvo una gran idea―. No estaré mucho tiempo por aquí, pero mientras esté seré tu amigo y compañero. ¿Te parece?

El Tiranosaurio Rex aceptó de inmediato y se sintió muy contento de tener al fin un amigo. Por la mañana se iban juntos a comer hojas, por la tarde jugaban al pilla-pilla, y por la noche se sentaban a ver las estrellas y a hablar sin parar. Mati nunca había sido tan feliz, y entonces los otros dinosaurios, al descubrir que el dinosaurio forastero no había sido devorado en su compañía, comenzaron a preguntarse qué ocurría.

― Mati es vegetariano, no come dinosaurios ―dijo el forastero dirigiéndose a todos los demás dinosaurios que les observaban con mirada curiosa.

Y a partir de entonces, los demás dinosaurios se fueron acercando también a Mati, descubriendo que aquel dinosaurio grandote en realidad era muy amable y que su apariencia exterior estaba muy lejos de la realidad, o lo que es lo mismo, que las apariencias a veces engañan. El dinosaurio forastero terminó yéndose de allí un día de verano, pero Mati ya nunca estuvo solo y prometió no olvidar jamás al que había sido su primer y mejor amigo, agradeciéndole siempre que viera en él mucho más allá de su aspecto terrorífico.

 

Cuento infantil Mati, el tiranosaurio vegetariano


Más contenidos


Publicidad

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *