Cuento corto: El monstruo del canapé

Cuento corto: El monstruo del canapé

Cuento infantil para primaria: El monstruo del canapé

 

¿Alguna vez habéis convivido con monstruos? En casa lo hacemos con uno a diario, aunque es mamá la que siempre se enfrenta a él y… ¡hasta le da de comer! Todo empezó cuando una tarde, al volver del colegio, oí contar a mamá que por fin habían traído al Monstruo del canapé. Hasta aquel día siempre había pensado, que de haber monstruos en una habitación, se encontrarían en el armario o debajo de la cama. Pero dentro de ella…Aquella idea me resultó terrorífica.

No lograba comprender por qué había que rellenar el hueco existente bajo la cama con un monstruito al que encima debíamos dar de comer. Y no cualquier comida, no, que lo que aquel monstruo quería era alimentarse solo de nuestras cosas para dejarnos sin nada y atemorizarnos, y yo me enfadaba con mamá, que todos los caprichos le daba: «Voy a llevar estas sábanas al canapé…Los abrigos que no te valgan al canapé…». ¡Incluso engullía los adornos del árbol de Navidad que nos sobraban! Y eso que el cabello de ángel que utilizábamos no se le parecía en nada al que usaba la abuela en sus deliciosas empanadillas dulces.

 

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En las noches, procuraba conciliar el sueño con dificultad, puesto que la idea de dormir con un monstruo en la habitación de al lado, se debía hacer difícil para el más grande de los valientes. A veces me preguntaba si el monstruo del canapé sería en realidad un monstruo de los buenos, encargado de mullirnos el colchón bajo nuestras espaldas al más mínimo movimiento y de hacer sonar los muelles. Sin embargo, esta idea de bondad duró poco en mi cabeza.

De pronto imaginé a aquel monstruo del canapé colocándonos también la almohada y saciando su sed con el rastro de nuestra saliva nocturna, como lo hacían de savia las flores según mi profesora de naturales, haciéndose cada vez más y más grande. Y así, desde la llegada de aquel extraño ser, aquella era la rutina de nuestros días. Cada tarde al volver de clase, observaba desde el fondo del salón como mamá organizaba su cuarto y daba de comer a la fiera, casi siempre enfurecida dado el forcejeo que mamá se traía siempre subiendo y bajando la tapa de su guarida.

Y todo fue sucediéndose con aquella relativa normalidad, hasta que una mañana tomé una decisión: aquel día papá había salido del cuarto de mal humor, refunfuñando que el dichoso canapé le había triturado la espalda. Esa misma mañana elaboré un plan estratégico para enfrentarme al monstruo que, claramente, quería comerse a mis padres. El primer asalto sería la elaboración de un suculento menú, con el que sin duda debilitaría al gran bicho. El menú estaría compuesto de: tornillos de bicicleta, goma de borrar, puré de plastilina y polvos pica-pica. Una vez debilitado con mi delicioso menú, volvería a la habitación a enfrentarme a él, cara a cara, en una lucha más igualitaria.

Tal vez hasta podríamos conversar, y me permitiría preguntarle por qué había engullido nuestras cosas, incluido mi disfraz de guerrero medieval tan necesario en aquella misión. Pero nada de aquello ocurrió finalmente, porque mientras yo aún terminaba de ultimar los detalles finales de mi plan, mamá ya se había enfrentado sola y en silencio al monstruo.

 

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Me recogió del colegio, y durante el paseo a casa, me sonrió suspirando y dijo:

– ¡Al fin dormiremos tranquilos! ¡Ya me he librado del dichoso canapé!

Y yo la entendí perfectamente y me alegré, aunque en el fondo lamenté el no haber podido llevar a cabo mi estratégico plan, y haber estado frente a frente con aquel monstruo del canapé. Mamá había sido una heroína. Siempre tan tranquila y tan segura…No podía dejar de mirarla ni un momento. Estaba convencido, de que algún día, me contaría el secreto de aquella batalla. Pero en aquel instante caminamos en silencio. La vuelta a casa jamás había sido tan agradable…

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Autora: ALMUDENA ORELLANA PALOMARES


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13 Comentarios

  1. Vayro

    Bonito cuento, gracias por compartirlo

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  2. Anónimo

    Mi hija tiene un mounstro de canapé !! En los cajones de su cama guarda libros 🙂

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  3. Paula

    A mi me ha encantado es muy bonito.

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    • FABIANA

      SI TIENES RAZON

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  4. Juan

    Que bonito cuento

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    • Bosque de Fantasias

      Hola María, un canapé es una cama que suele tener cajones para almacenar cosas.

      Un saludo.

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    • sabina

      es un grande y terrorifico munstruo

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    • Veró

      Es un bocadito salado que generalmente se sirve en las fiestas…

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      • Bosque de Fantasías

        Hola Veró, habitualmente en España, a las camas que tienen debajo algún tipo de almacenamiento se les llama canapés.

        Un saludo!

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  5. anonima

    esta muy bueno pero es muy largo y necesito un cuento corto para inspirarme en una historia para mañana la feria del libro porque la scripta del liceo pidió una historia para colocar en las carteleras para que otros alumnos lo lean pero mi nombre no debe ir debe ser anónimo y este cuento no me inspira mucho es medio aburrido y sin sentido además de ser muy largo.

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    • Anónimo

      Gracias como quiera

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