Llum y Foc : Cuento de Brujas
Érase una vez una brujita llamada Llum que paseaba muy triste por el jardín de su colegio. Estaba apenada porque había perdido su Varita mágica y no sabía cómo encontrarla.
Sus amiguitos de La Escuela querían ayudarla, pero ella no quiso decirles que pasaba. Estaba avergonzada y tenía miedo de que los brujitos y brujitas se burlasen de ella por no saber dónde había dejado su Varita.
Cuando sonó la campana y terminaron las clases, Llum no tenía ganas de ir a su casa. Empezó a caminar muy despacito y llegó al bosque. Sus amigos, los animales del bosque enseguida supieron que le pasaba algo, porque todos los días cuando llegaba Llum, venía corriendo y cantando, pero sin embargo ese día había llegado triste y suspirando. No decía nada a nadie. Todos los animales se preocuparon mucho y le hacían cosquillas para que se pusiera a reír, pero nada…
Al final, después de mucho insistir, la ardilla consiguió saber que le ocurría a Llum.
– Verás, esta mañana cuando me iba al colegio me di cuenta de que aún era muy temprano y me quedé jugando en los columpios. Pero para columpiarme mejor dejé la varita en el suelo, cerca de mi.
Pasó el tiempo y se me hizo tarde, entonces me fui corriendo al colegio, cuando estuve allí me di cuenta de que me había dejado la varita y volví. Busqué y busqué pero… no la encontré.
– No te preocupes -le dijo el gorrión- nosotros te ayudaremos.
Salieron volando muchos pájaros, buscaron y buscaron pero no encontraron nada.
– Ahora buscaremos nosotros -dijo la ardilla-. Y todos los animales del bosque que caminaban sobre cuatro patas fueron a buscar la varita. Pero.. no la encontraron.
– Ya verás como te la traemos -le dijo un topo-. Se metieron en sus madrigueras y cuevas, mirando si se había caído en una de ellas. Pero no encontraron nada.
Llum estaba muy triste y sus amiguitos los animalitos, también.
– ¿Y si alguien te la ha quitado? -le dijo el grillo.
– ¿Pero quién? -respondió Llum- yo no vi a nadie.
– ¡Vamos a tu casa! -dijo el búho-. Creo que ya sé quién la tiene.
Fueron a casa corriendo. Pero en lugar de entrar enseguida, el búho les hizo mirar por las ventanas.
– Yo no veo nada extraño -dijo la mariposa- sólo veo a tu hermanito comiendo tartas.
– ¿Comiendo tartas?. ¡Pero no puede comerlas!. ¡Tiene mal la barriga!.
– ¿No ves algo que brilla debajo de la almohada? -dijo el saltamontes-.
– ¡¡¡Sí!!! -dijeron todos a coro, sin acordarse que estaban vigilando al hermanito de Llum.
Foc, que así se llamaba se llamaba el brujito, se asustó al verlos a todos mirar por la ventana y se metió debajo de la cama.
Llum entró en la habitación y cogió su varita mágica. Estaba muy enfadada y quería convertir a su hermano en un sapo, pero después pensó que ya era suficiente con el susto que le habían dado.
Llum desde ese día fue con más cuidado al dejar su varita y Foc no volvió a hacer ninguna travesura con la varita por miedo a que su hermana lo convirtiera en un sapito.
hola esta muy bonito pero una pregunta
por favor decirme cual es la moraleja
gracias
me gusto pero creo que es muy largo
lo escribi todo en mi cuaderno
gracias me ayudo con mi ultima tarea de castellano muy bonito
Estuvo muy bonito yo creo que deberias seguirbewcribiendo cuentos con moucga fantasia me alludo mucho con mi tarea
hola si claro graCias por la ayuda
Estuvo bonito el cuento pero le falta algo como no hacerlo tan infantil y tan fácil de leer
ala miercoles
te equivocastes en una parte esta:
¿No ves algo que brilla debajo de la algo que brilla debajo de la almohada? -dijo el saltamontes-.
Gracias Nicole por reportarnos ese error, hemos observado alguno más que hemos corregido del cuento escrito por nuestro pequeño colaborador.
no hay ningun error
Muy bueno a si prende que hay que mantener las cosas en un solo lugar
Esta bonito pero no tiene mucha logica y tambien estuvo muy interesante.