A pesar de ser uno de los dinosaurios más retratados en la ficción, lo cierto es que poco se sabe de él, dado que dichas informaciones nunca fueron muy veraces. Por ejemplo, el Dilophosaurus era en realidad mucho más grande de lo reflejado en la gran pantalla, y no poseía ningún tipo de glándula que escupiese veneno, como sí se puede ver en la ficción. También era mucho más grande, pues pudo llegar a medir más de dos metros de alto y seis de largo, con un peso aproximado de una media tonelada. Esta especie fue descubierta por primera vez en el año 1942 por un hombre llamado Sam Welles, y todos los hallazgos tuvieron lugar en el estado de Arizona (EE.UU.). La especie fue descrita en 1954, pero no se le dio nombre hasta 10 años después, y su significado es “dos lagartos de cresta”. Muy raro, ¿verdad? Se cree que el Dilophosaurus pertenecía al grupo de los ceratosaur, aunque también es posible que perteneciese a otros grupos, como los terópodos, teratosaurianos o tetanuros, algo que tal vez se despeje finalmente en el futuro.
El Dilophosaurus era un animal carnívoro y agresivo, y uno de los más grandes de la zona. El Dilophosaurus probablemente cazó y vivió en rebaños debido a la forma en la que se han encontrado sus esqueletos, de los cuales se conservan tres completos. Este dinosaurio tenía muchas características interesantes, como unas patas traseras cortas, pies con cuatro dedos, unas extremidades anteriores también cortas, manos con tres dedos o un pulgar en cada mano. Las garras del Dilophosaurus eran muy gruesas para su tamaño y su forma de correr pudo parecerse a la de un caballo. En cuanto a su boca, tenía una mandíbula débil y floja, por lo que probablemente no era la principal arma ofensiva de este animal para la caza.
Una de las características más singulares del Dilophosaurus fue la de sus dos grandes crestas óseas en la cabeza de tipo semicircular, con una estructura demasiado frágil en algunas partes. La cresta de Dilophosaurus era sólida, a diferencia de otros dinosaurios con crestas que las tenían huecas, y pudo servirle probablemente para distintas funciones, como por ejemplo la reproducción. También pudo servirle para controlar la temperatura en una región desértica como la que habitó.
