Hathor era una diosa de origen egipcio, diosa del cielo, de la belleza y del amor de madre. El significado de su nombre nos revela ya algunas de sus atribuciones, con frases tan importantes como “mi casa es el cielo”, y fue una deidad de bastante calado.
En cuanto a su representación, podemos decir que hay varias formas de identificar a la diosa Hathor: en sus orígenes se la representaba con la figura de una vaca sagrada, por el carácter maternal de este animal, ya que ella era considerada la madre universal; después comenzó a representarse también con el cuerpo de una mujer pero con la cabeza de una vaca y, por último, como a una mujer de vestido rojo o turquesa que en su cabeza utilizaba una corona con cuernos de vaca y un disco solar.
Los poderes de la diosa Hathor
Hathor fue una diosa con mucho poder en el antiguo Egipto, y a menudo se referían a ella como “la diosa de los muchos nombres”, y es que realizaba muchas funciones relacionadas tanto con la vida como con la muerte. Conozcamos algunas de ellas:
Diosa celeste o solar
Según cuentan los mitos egipcios, el sol fue el primero en surgir al principio de todos los tiempos personificado en el dios Ra, en su versión masculina, y en Hathor en su versión femenina.
Hathor era conocida como “la de oro” o “la que “ilumina toda la tierra” como descripción a su brillo y a su poder de madre. A su vez, Hathor era una de las diosas que asumió el papel del ojo de Ra, lo que quiere decir que era una de las diosas que protegían a Ra, el dios del sol. Hathor cumplió ese papel de una manera excelente, ya que sus poderes fueron una extensión del propio Ra.
Una de las escrituras sagradas conocidas como “El libro de la vaca sagrada” relata que hubo un tiempo de rebeliones en contra del dios Ra, y cuando Hathor (como fiel ojo de Ra) se enteró se enfureció mucho, transformándose en una leona y acabando uno a uno con todos aquellos que se unieron a esa rebelión. Ra, al ver semejante lucha quiso calmar a Hathor, pero ella no escuchaba; entonces Ra decidió transformar las rojas aguas del río Nilo en cerveza, y cuando Hathor bebió de él pensando que era sangre, la brava leona se emborrachó, quedando mareada y débil, lo que provocó que volviera la dulce y razonable Hathor. De este modo, Ra logró finalmente convencerla de dejar su venganza contra la civilización.
Diosa de la música, la danza y la alegría
A la diosa Hathor se la veneraba mucho y se la identificaba con la danza, la música, las guirnaldas o la mirra. Además, los egipcios honraban a Hathor en un enorme festival en el cual rememoraban también el momento en el que Ra, el dios del sol, transformó las aguas del río Nilo en cerveza para calmarla, como acabamos de ver, con el fin de convencerla y hacer que perdonara a los humanos que habían participado en la rebelión. Y así, desde ese momento y como se encontró en un texto del Templo de Edfu, «Los dioses tocan exquisitas melodías y danzan bellas coreografías para apaciguar la furia de Hathor, el ojo de Ra».
Diosa de la belleza, el amor y la maternidad
Hathor representaba el poder creativo de la mujer y era poseedora de una belleza única, por eso su papel en los mitos puede pasar de madre a esposa con mucha facilidad. Por ejemplo, en muchas escrituras Hathor figura como madre de Horus, pero también como su esposa.
En uno de los mitos del antiguo Egipto también se cuenta que dos de los hijos de Ra se perdieron en el enorme y vasto desierto, por lo cual Hathor (como el ojo de Ra) era la encargada de encontrarlos y devolverlos a casa, siendo su búsqueda larga. Pero, a pesar de las dificultades, la diosa encontró a los pequeños y los devolvió nuevamente junto a su padre Ra.
Al llegar, Hathor se encontraría con la sorpresa de que Ra había creado otro ojo protector, lo que le provocó mucha tristeza y llanto a Hathor, de cuyas lágrimas se dice que nacieron hombres, por lo que desde entonces Hathor es llamada madre universal. En este sentido, además, los egipcios creían que los faraones al nacer eran amamantados por Hathor, lo que hacía que reforzaran su condición divina y su derecho a gobernar. Por último, y debido también a su carácter maternal, Hathor era convocada a ayudar en los partos, en los cuales leía el futuro de los niños nacidos.