La diosa Venus : Características, historia y mitología para niños

La diosa Venus

La diosa Venus

En la mitología romana, Venus era la diosa del amor y de la belleza, identificándose con la diosa griega Afrodita y siendo su símbolo principal el espejo, pero también otros propios de la diosa Afrodita como las conchas o las perlas y la espuma de mar. Antes de asociarse con la Afrodita griega, la diosa Venus era la diosa de los campos y los jardines.

Siempre se cuenta que se trataba de una diosa muy hermosa que generaba muchas envidias, pero Venus era mucho más que eso y guardaba muchos secretos. Por ejemplo, Venus era la eterna enamorada del dios de la guerra Marte, y también la madre del dios Cupido, cuyas historias ahora mismo vamos a contar.

 

 

El nacimiento y los amores de Venus

 

Se cuenta de Venus que nació de las espumas del mar, cerca de la isla de Citerea (hoy es la isla de Chipre), y es por eso por lo que allí tenía algunos de sus más grandes templos. Pero siendo tan hermosa, y por su condición de deidad, las Horas (diosas del orden y de la justicia) la llevaron al Olimpo, donde estaban reunidos todos los dioses.

Todos se encontraron allí maravillados, pues nunca habían visto una belleza como la de Venus, incluso Júpiter estaba asombrado y se sintió enamorado rápidamente de la diosa. Pero Venus no correspondió a Júpiter, por lo que este decidió condenarla arreglando su matrimonio con el más feo de sus hijos: Vulcano.

Vulcano era el dios de la forja y el fuego, así como también de los herreros, y lo cierto es que era fuerte, pero también tosco y algo bruto. Además, Venus en realidad estaba enamorada de Marte, el dios de la guerra, que también la amaba a ella.

 

diosa venus

 

 

Venus y el dios Marte

 

Sí, se dice que lo que sintieron Venus y Marte fue amor a primera vista, ya que desde el primer momento en que se vieron quedaron completamente enamorados y comenzaron a quedar y a verse de vez en cuando.

Pero cuando Júpiter se dio cuenta de lo que hacía Marte, que también era su hijo, comprendió que no debía castigar a Venus manteniéndola casada con alguien a quien no amaba. De este modo, hizo posible que Vulcano se enterara de quién era el misterioso enamorado de Venus y, una vez separados, Venus pudo tener hijos con el dios Marte.

 

 

Los hijos de Venus y Marte

 

Los hijos de Venus y Marte fueron dos: el primero fue Cupido, que es el dios del amor (como también lo era su madre), y el segundo fue Anteros, que era el dios de la correspondencia. Ambos eran dos pequeños dioses muy bonitos, representados habitualmente como un par de bebés con flechas y alas, pero que crecerían y vivirían con el tiempo sus propias historias y muy diferentes.

 

heros cupido

 

Venus y Psique

 

Sucedió entonces que Cupido creció y se convirtió en un hombre muy atractivo y, un día, cuando se encontraba en el mundo de los mortales, se enamoró de una princesa de nombre “Psique”.

Tan enamorado quedó Cupido de ella que le encargó a Céfiro (uno de los dioses del viento) que la mantuviera en un castillo donde pudiera encontrarse con ella a escondidas. Y así, todas las noches Cupido se encontraba con su amada que, aunque no podía verlo, se sentía profundamente enamorada de él.

Un día Psique quiso ver a Cupido y saber quién era en verdad, porque nunca le había visto, y posando una lámpara sobre él se dio cuenta de que era el dios del amor. Entonces una gota del aceite de la lámpara cayó sobre el pecho de Cupido, lo que hizo que se despertara y se fuera y no volviera nunca más.

Desesperada, Psique acudió a Venus, pero la diosa del amor y de la belleza lo que sintió fueron celos, en lugar de compasión, pues sentía que Psique le estaba robando el amor de su propio hijo. Así, en vez de ayudarla, la entregó a Los dioses más crueles: la Tristeza y la Soledad, para que siempre la tuvieran cautiva.

 

Psique al fin es liberada

Al darse cuenta de lo que su madre había hecho, Cupido acudió a Júpiter para que liberase a su amada, y de esta forma fue como Psique y Cupido pudieron volver a vivir felices juntos.

Además, con el tiempo, incluso Venus terminó por perdonarla y entendió que el amor que su hijo sentía por Psique no se parecía al amor que sentía por ella, pues ella era su madre.

De esta forma se explica que no todas las formas de querer son iguales, porque no se quiere a los padres como se quiere a los amigos o a una pareja. ¡Todos los amores son distintos, como pudo comprobar la mismísima diosa Venus! ¡Pero todos son maravillosos!

 

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