Villancicos de Navidad para niños
Los mejores villancicos para cantar en familia
En Navidad, una de las tradiciones más antiguas y queridas es la de los villancicos. El nombre de los villancicos data más o menos del siglo XV en España y del siglo XIII en Europa, aunque la composición musical de estas características se cree que es mucho anterior, procedente casi con toda seguridad de las canciones populares medievales y de las denominadas cantigas.
Los villancicos, por tanto, son canciones del pueblo transmitidas de generación en generación y de contenido religioso. En su mayoría, hacen referencia a la llegada al mundo del niño Jesús, hecho histórico que se celebra, como sabemos, en el mes de Diciembre.
Los villancicos se cantan en todo el mundo y los hay de diferentes tipos: divertidos y animados como La Marimorena, y mucho más solemnes y majestuosos como Adestes Fideles o Noche de Paz.
La estructura sencilla de este tipo de canciones, así como su nombre, indica que este tipo de composiciones poéticas y musicales fueran propias de la gente del pueblo llano y de los campesinos de forma particular.
Una vez que los villancicos se consolidaron como asunto de contenido religioso, comenzaron a formar parte de esa celebración del Misterio de la Navidad que se celebra en el mundo sin falta año tras año. Y aunque hoy es una tradición que se encuentra algo más olvidada, lo cierto es que en el pasado formaba parte de las fiestas navideñas con bastante fervor. Las familias se reunían en torno a la mesa camilla y la cena, cantando hasta altas horas de la madrugada en Nochebuena cientos de villancicos acompañados de turrones y mazapanes, y para los mayores también de un poco de anís, cuya botella servía al mismo tiempo de humilde y sencillo instrumento musical; los pequeños se reunían con amigos para pasear por las frías calles y pedir el aguinaldo a sus vecinos, a cambio de unos buenos estribillos; y en las escuelas se rendía homenaje a José, la Virgen María y al niño Jesús, con la representación de alguna obra de teatro y actuaciones a coro de algún villancico popular.
Aunque no se han perdido del todo estas costumbres, resulta bueno volver a rescatar estas sencillas tradiciones año tras año para que los más pequeños recojan el testigo de su significado y de su magia, haciéndola perdurar durante mucho más tiempo. Porque las imágenes de Navidad no pueden construirse del todo al cien por cien sin ese especial aporte que constituyen las canciones de Navidad.
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¡Felices Fiestas!