Robin Hood

Robin Hood

Cuento clásico para niños: Robin Hood

 

En las profundidades del majestuoso bosque de Sherwood, dos valientes corazones, Robin Hood y su fiel compañero “Little John”, vivían bajo las sombras de los árboles ancestrales. Para ellos, Sherwood era mucho más que un simple refugio: era su hogar. En uno de esos días en los que el sol apenas conseguía filtrarse entre el espeso follaje, los dos amigos escucharon un lejano sonido de trompetas que anunciaban la llegada de un cortejo real. El bullicio de la comitiva se debía al retorno del príncipe Juan, que había recogido unos impuestos brutales de los empobrecidos súbditos de su reino.

Ante esta injusticia, Robin Hood y Little John no pudieron quedarse de brazos cruzados, por lo que decidieron acercarse disfrazados a la procesión real. Aprovechando el respeto que los supersticiosos guardias tenían por las adivinas (que era de lo que se habían disfrazado), hicieron detener el cortejo y ofrecieron leer el porvenir al joven príncipe. Aunque el consejero Hiss se mostró algo reticente, el príncipe Juan insistió en que lo hicieran, pues tenía una gran curiosidad. Y esa artimaña fue la que les proporcionó la oportunidad de recuperar una porción del botín injustamente recolectado por el príncipe, y redistribuirlo entre los despojados ciudadanos.

 

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El reino de Inglaterra, desde la partida del rey Ricardo Corazón de León, se había hundido en la pobreza bajo el dominio del príncipe Juan. Los impuestos opresivos pesaban como una enorme roca sobre el pueblo, aplastando la esperanza de poder tener una vida digna. Robin Hood y Little John se negaban a permanecer pasivos ante tal tiranía y decidieron actuar utilizando su ingenio y habilidades para igualar todas aquellas injusticias. Pero el príncipe, furioso por la pérdida y fruto de su ingenuidad, endureció aún más su mano opresiva, incrementando los impuestos a niveles insoportables y amenazando con encarcelar a quienes no pudieran pagar.

Entonces, para atrapar a Robin Hood, el príncipe Juan organizó un torneo de arqueros que presidió junto a  la hermosa Lady Marian, el antiguo amor de Robin, entregando un premio al vencedor. Con aquella astuta trampa, el príncipe Juan pretendía atraer a Robin Hood hacia una captura inevitable. Pero Robin, que siempre iba un paso por delante, se presentó al torneo disfrazado de cigüeña y, a pesar de los desafíos y los obstáculos que suponía el disfraz, ganó el concurso y logró escapar con Lady Marian hasta un refugio seguro en el bosque.

 

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Sin embargo, la venganza del príncipe no se hizo esperar, y con el corazón lleno de odio buscó una nueva forma de atrapar a Robin Hood, que ya dos veces le había humillado. Fue así como el príncipe Juan decretó prisión para Fray Tuck, un amigo de Robin cuyo único crimen había sido también defender la justicia y la bondad. Sin embargo, sabiendo que Robin era un gran amigo suyo y que no podría resistirse a rescatarle, el príncipe creyó muy buena idea engañarle antes a él.

Entonces Robin y Little John, llenos de valor y lealtad, se adentraron en la fortaleza del príncipe sin dudarlo. El choque de acero resonó en los pasillos mientras se enfrentaban a la feroz guardia, liberando a los prisioneros y arrebatando las riquezas mal adquiridas al príncipe tirano. Pero mientras los prisioneros huían con el preciado tesoro, Robin quedó atrapado en una lucha desesperada rodeado por las huestes enemigas, aunque tardó poco, gracias a su ingenio, en saltar a un foso y reunirse allí con sus leales compañeros.

 

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Pero toda esta historia tomó un giro inesperado con el regreso del rey Ricardo Corazón de León, y la opresión y el miedo que habían dominado el reino durante su ausencia llegaron a su fin. Las voces del pueblo prevalecieron y el consejero Hiss y el sheriff Nottingham (que tantos desmanes habían cometido), enfrentaron al fin la justicia que tanto merecían. Tras esto, Robin Hood y sus leales amigos fueron finalmente absueltos, y un aire de libertad se extendió sobre toda Inglaterra, el lugar de nuestra historia.

Y así, después de todo lo sucedido, en una emotiva celebración, Robin y Lady Marian unieron sus vidas en sagrado matrimonio, rodeados de todos amigos y seres queridos en una inmensa felicidad.

 


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