El molino mágico

El molino mágico

Leyenda noruega: El molino mágico

 

En la antigua Noruega, existe una fascinante leyenda que explica el motivo por el cual el agua del océano es salada. Esta historia nos lleva a una época lejana, en la que un intrépido capitán recorría el mundo en su viejo barco, enfrentando tempestades y buscando riquezas.

Aunque valiente, aquel capitán tenía un corazón que rebosaba ambición y que se esforzaba por acumular riquezas y ganancias. Viajaba por los mares transportando mercancías para vender en diferentes puertos, y su habilidad para cerrar buenos tratos le permitía pagar generosamente a su tripulación y asegurarse un lugar en la historia como el marino más hábil, exitoso y rico de todos los tiempos.

 

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En una ocasión, el capitán llegó a un puerto de Noruega en el que se encontró con un anciano que ofrecía enormes bloques de sal a la venta. La oportunidad parecía tentadora, y el capitán no pudo resistirse a comprar todos los bloques de sal que había, imaginando las ganancias que obtendría al venderla en otros países. A pesar del peso de la carga, partió hacia el sur con la esperanza de un lucrativo negocio. Sin embargo, la noche tranquila se convirtió en una tormenta desgarradora que puso en peligro su barco y su vida.

Buscando refugio, el capitán y su tripulación llegaron a una pequeña isla, donde descubrieron algo increíble: un mago con un misterioso molino que podía moler piedras sin ser tocado, simplemente con unas palabras mágicas. Fascinados, aquellos hombres observaron al mago trabajar, pero decidiendo robar el molino para sí mismos más tarde. Así, después de una espera tensa, aprovecharon la oportunidad para llevarse el molino de manera furtiva cuando el mago se alejó durante unos instantes.

Y creyendo que podrían usarlo para moler la sal en su bodega y venderla en pequeños sacos comenzaron a probar el molino, aunque sin calcular correctamente la fuerza del mismo, por lo que la sal se esparció descontroladamente por el barco, hundiéndose en  cuestión de minutos por el peso de la sal.

Con el barco sumergiéndose y la sal invadiéndolo todo, el capitán y su tripulación se vieron forzados a abandonar la nave. Y así fue cómo tuvieron que nadar hacia la costa, exhaustos y asustados, mientras observaban el barco desaparecer bajo las profundidades del océano.

Aquella devastadora experiencia cambió al capitán, que se dio cuenta de que su ambición le había llevado a una tragedia que nunca hubiera imaginado, y se sintió culpable por haber cedido a la codicia y por haber causado la pérdida de su barco y de la sal. Pero no creáis que la leyenda termina aquí, porque lo cierto es que el molino mágico continuó moliendo la sal en el fondo del océano, ¡y es por eso por lo que el agua del mar es salada en todo el mundo!

 

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El capitán aprendió la lección de que las riquezas no siempre valen el costo de la avaricia, y de que las consecuencias de nuestras acciones pueden ser impredecibles y duraderas y, desde entonces el océano, con su agua salada, es un recordatorio eterno de esta lección, y una historia transmitida de generación en generación, que hoy nos sirve como una poderosa advertencia sobre los peligros de dejar que la ambición gobierne nuestras decisiones… ¿Qué os parece?


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