Hugo y el fantasma blanco

Hugo y el fantasma blanco

Cuento de misterio: Hugo y el fantasma blanco

 

Érase una vez un niño llamado Hugo que aún no podía dormir solito en su habitación, a pesar de que esta era tal y como a él le gustaba, con una amplia cama, muchos juguetes e incluso una bonita lámpara.

Todo daba igual, pues el pequeño tenía miedo de dormir solo, por más adornos y cosas maravillosas que tuviera. Así, cada noche, cuando no podía sostenerse del sueño, se iba a la habitación de sus padres y allí al fin terminaba durmiendo.

Mamá y papá siempre le decían a Hugo que debía ser valiente, porque los niños grandes deben dormir solos. Pero el pequeño Hugo no era ningún cobarde, solo que pensaba que su habitación estaba embrujada, porque en la anterior casa en la que vivían él jamás había tenido esos problemas.

Y es que Hugo no siempre le tuvo tanto miedo a dormir solo. Hubo una época en la que podía hacerlo perfectamente, pero entonces llegó la casa nueva y una noche, ya en ella, el pequeño escuchó unos ruidos raros que le hicieron abrir los ojos. Entonces, cuando miró, justo en frente de su cama había un fantasma, blanco como la nieve.

 

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Aquello asustó mucho a Hugo, que salió corriendo con todas sus fuerzas hacia la habitación de sus padres, y cuando recobró el aliento pudo contar a sus padres lo que había visto. Sin embargo, cuando los tres se dirigieron a la habitación de Hugo, allí no había ningún fantasma:

—Es verdad. ¡Estaba justo ahí! ¡Os lo juro! —decía Hugo a sus padres con angustia.

Sus padres sabían que él no era ningún niño mentiroso, pero no creían para nada en la existencia de fantasmas. Y así quedó la cosa aquella noche y volvió a repetirse día tras día. Pero no creáis que Hugo estaba contento con aquella situación, pues lo cierto es que ya le daba un poco de vergüenza tener que dormir con sus padres, sobre todo teniendo él una habitación tan bonita como tenía. Pero lo del fantasma…eso era demasiado para cualquiera.  Menos mal que a sus padres no les molestaba mucho, y tan solo le recibían diciéndole que tenía que dormir solo la próxima vez.

Con el paso de los días, Hugo comprendió que debía armarse de valor, y una noche por fin decidió quedarse en su habitación hasta que amaneciera. Entonces, como solía suceder a medianoche, hubo un ruido extraño y, cuando abrió los ojos, se encontró con que había un fantasma frente a él. Pero…estaba ya tan cansado de escapar que esta vez no lo hizo, a pesar del ruido, y decidió levantarse y encender la luz. Al hacerlo, el fantasma de color blanco que le había atormentado tantas noches, resultó ser finalmente un… ¡un gatito! Un precioso gato que, al verle, huyó despavorido bajo la cama. ¡Ahora no era él el que tenía miedo!

Hugo no daba crédito a lo que veían sus ojos y rápidamente fue a despertar a sus padres para contárselo.  Y sí, al mover la cama con cuidado descubrieron al gatito hecho un completo ovillo, como asustado. ¡Cómo habría llegado hasta ahí!

—Quizás haya sido de los dueños anteriores —dijo papá—, que se mudaron y lo olvidaron aquí.

Aquello podía tener sentido, ¿o tal vez no? ¿Quién olvidaría a un gatito tan bonito? En cualquier caso, qué es lo que podían hacer con él era la nueva incógnita:

—Creo que lo más sensato es llevarlo a un refugio —dijo mamá.

Pero el pequeño Hugo, al ver al gatito tan asustado, igual que había estado él, supo que lo que tenía que hacer era ayudarle. Y así fue como Hugo se convirtió en el nuevo dueño del gatito blanco, y esa misma noche le prepararon una mini cama para que durmiera cómodo. Y…como nadie sabía qué nombre anterior tenía aquel gato, recibió esa misma noche el nombre de “Ghost”. ¿Acaso no había sido como un fantasmita todo ese tiempo? ¡Qué divertido había resultado ser aquel misterio!

 

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A partir de entonces, tanto Hugo como su gatito Ghost durmieron plácidamente en la habitación bonita, sin asustarse nunca más, y forjaron poco a poco una increíble amistad. Pero la mejor de las noticias es que Hugo ya no volvió a asustarse ni a dormir con sus papás, y es que, ¿quién podía tener miedo en la compañía del mejor de los amigos?


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1 Comentario

  1. agustin

    Graciaz

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