Seguramente hayas escuchado muchas cosas sobre los dioses griegos y, como también sabrás, a esta parte de la historia le llamamos “mitología”, pero, ¿conoces también a la diosa Hera?
Existen muchas teorías que dicen que Hera fue una diosa muy, muy antigua, posiblemente más antigua que el mismísimo dios Zeus. Incluso se comenta que “Hera” no es su verdadero nombre, o al menos no su nombre original, y que es en realidad un título que significa “señora” o “ama”. El nombre de Hera, además, también significa “bella dama”.
Por otro lado, debes saber también que la versión romana de Hera es Juno, la diosa que le dio el nombre al mes de Junio, el mes más popular para las bodas desde ese entonces hasta nuestros días, pues era la diosa protectora del matrimonio. Del mismo modo, en la mitología griega, Hera fue la diosa del matrimonio, del amor y de la vida, y una de las doce diosas olímpicas. También era diosa del cielo y gobernadora del Monte Olimpo, donde vivían todos los dioses. Los antiguos griegos decían que era la diosa más bella, incluso más que Afrodita, que era la diosa de la belleza, y sus padres fueron Cronos y Rea.
A su vez Hera tuvo varios hermanos y hermanas, que fueron: Poseidón, Deméter, Hades, Zeus y Hestia, pero también tuvo hijos, que fueron Ares (el dios de la guerra), Hefesto (el dios del fuego y el herrero divino) y Hebe (la diosa de la juventud y la copera de los dioses en el Olimpo o encargada de servir y sostener las copas de vino de los demás dioses). Eileithyia (la diosa del parto) a veces también se consideraba una hija de Hera y, en algunos mitos, Zeus figuraba como el padre de sus hijos. En otros, sin embargo, fueron concebidos por alguna acción de Hera (como tocar una lechuga o golpear el suelo), por lo que no tenían padre. Otro dato interesante a tener en cuenta es que la diosa Atenea era su hijastra, así como lo era el dios Hermes.
Características y simbología de Hera
La diosa Hera siempre fue vista como una mujer sabia, responsable del clima, de las estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno) y de todos los seres vivos. Además, varios animales fueron asociados con Hera, como por ejemplo el cuco, y se dice que Zeus tomó la forma de ese pájaro cuando la cortejó por primera vez. Los pavos reales tiraban de su carro y las vacas también eran sagradas para ella, de hecho, en los textos antiguos la apodaban muchas veces como “ojo de vaca”. El significado de esta frase se ha perdido, pero quizá quería decir que era una diosa “de ojos grandes”.
Hera solía ser representada muchas veces también junto a Zeus, como una mujer de muchísima belleza, con una corona y un velo, o una corona llamada “polos”. A veces llevaba un cetro y una granada como símbolo de fertilidad, así como un cuco, por la forma en que fue cortejada por Zeus, como acabamos de ver. Normalmente también la podremos ver acompañada de un pavo real, que es uno de sus animales sagrados.
Pero, ¿dónde puedes ver a Hera? Muchas obras de arte notables representan a la diosa Hera, aunque quizá la más famosa de la antigüedad fuese una estatua situada en Argos hecha de oro y marfil, que la mostraba sentada en un trono y que fue esculpida por Policleto, un escultor muy famoso. Debemos tener en cuenta que fue una de las mayores figuras de la religión griega, y por eso en Argos también le hicieron un santuario, además de tener un templo en Olimpia. En el arte clásico, Hera solía ser representada como una joven casada, severa y majestuosa, siendo venerada en toda la Grecia antigua. Por si esto fuera poco, también fue la diosa patrona de Argos y Samos, ciudades en las que se celebraban fiestas y procesiones en su honor.
Hera y la guerra de Troya
Seguramente habrás escuchado hablar alguna vez sobre esta guerra, que fue un conflicto legendario entre los primeros griegos y el pueblo de Troya, que hoy día es Turquía, y que sucedió hace miles de años. Pero, ¿qué tiene que ver la diosa Hera con ello?
Homero, en sus relatos, nos dijo que Hera fue una de las principales protagonistas de la historia de la Guerra de Troya, y es que la diosa ayudó a provocar la caída de Troya porque nunca perdonó al príncipe de aquella ciudad por no haberla elegido la diosa más hermosa, ya que, en su lugar, escogió a Afrodita.
