La historia de los orígenes de la antigua Roma, como ocurre con el de otras muchas ciudades, es más mítica que real, y se remonta al siglo IV a.C. aproximadamente, cuando el nacimiento de dos gemelos llamados Rómulo y Remo supuso el inicio del origen y fundación de la ciudad de Roma.
Según dicha leyenda, Rómulo y Remo eran hijos de Marte, el dios de la guerra. Su madre era Rea Silvia, hija de Numitor, el rey de Alba Longa. Cuando su padre fue destituido del trono por su tío Amulio, Rea se vio obligada a jurar que no tendría hijos, porque Amulio no quería que ella diese a luz a nadie que pudiera intentar reclamarle el trono. Sin embargo, Rea fue en contra de los deseos de su tío y tuvo a los gemelos, tras lo cual la enviaron a la cárcel y dejaron a los bebés a la deriva del río Tíber.
Las aguas altas llevaron la cesta de los gemelos hasta la orilla del río, aterrizando los dos a salvo debajo de una higuera. Allí, una loba y un pájaro carpintero, animales considerados sagrados para Marte, encontraron a Romulus y Remus, como se les conoce en latín, y desde entonces los animales cuidaron a los niños hasta que dieron con un pastor y su esposa, que se encargarían de su cuidado posteriormente.
El pastor y la venganza de los gemelos
El pastor, llamado Fáustulo, encontró a los gemelos, y él y su esposa los criaron. Mucho tiempo después, cuando Rómulo y Remo crecieron, decidieron vengarse y mataron a Amulio, y el padre de Rea, Numitor, volvió a ser rey. Una hazaña que condujo a los gemelos a la fundación de una ciudad, justo en el mismo sitio en el que habían sido salvados por la loba y el pájaro carpintero.
Pero aquí no acabó todo, porque Rómulo y Remo discutieron sobre dónde debía ubicarse dicha ciudad, y Rómulo terminó matando a Remo. Más concretamente, se cree que la pelea se desencadenó cuando Rómulo manifestó querer que se estableciera en una colina del llamado “Monte Palatino”, mientras que Remo prefería otra colina llamada el Aventino. Entonces, al parecer Rómulo vio más señales de aves que Remo y, en consecuencia, consideró que los dioses le habían dado el derecho de decidir la ubicación.
Rómulo, vencedor y fundador de Roma
Muchos relatos míticos muestran lo que pudo acontecer antes de tan lamentable hecho, y fue que Remo saltó por encima del muro para burlarse de Rómulo, tras lo que Rómulo se enfadó tomando la decisión de acabar con la vida de su hermano, creyendo estar amparado por los mismos dioses. Y así, después de aquello, Rómulo puso el nombre de Roma a la ciudad en la ubicación del Palatino y en honor a su propio nombre.
Con el tiempo Rómulo terminaría gobernando la nueva ciudad de Roma durante al menos 40 años, hasta que un día desapareció misteriosamente en una tormenta y, creyendo que se había convertido en un dios, los romanos lo adoraron bajo el nombre de “Quirino”, rindiendo numerosas ofrendas en su honor.
