Reyes de la mitología: Agamenón
Aunque tradicionalmente en la mitología se hable de dioses, monstruos y héroes, lo cierto es que los reyes también desempeñaron un papel importante en muchos mitos y leyendas del pasado, donde a veces incluso llegaban a ser considerados seres semidivinos. De hecho, el dios Zeus de la mitología griega fue padre de algunos de estos reyes, y eso se debía a que, en el pasado, se consideraba que los reyes eran tan importantes que se encontraban en la cúspide del poder, tan solo por debajo de los dioses. Ejemplos que vuelven a sucederse en otras mitologías, como en la nórdica o la egipcia.
Dichos reyes a menudo se comportaban como los héroes, mostrando gran audacia y valentía como militares y destacando en conflictos importantes, como por ejemplo la famosa guerra de Troya. Una guerra en la que, precisamente, nos encontramos a uno de los reyes de la mitología más famosos: Agamenón.
El poderoso rey griego Agamenón
Sucede que, en el caso de Agamenón, es probable que pudiese tratarse de un personaje histórico real perteneciente a la Edad del Bronce (siglo XIII antes de Cristo, aproximadamente), un periodo tan lejano que, sin embargo, hace imposible el que contemos con evidencias históricas. En cambio, sí que encontramos datos de Agamenón en la Ilíada del poeta Homero, así como en otros textos de Esquilo, y gracias a ello sabemos que fue un rey de la ciudad de Micenas, hijo del rey Atreo y de la reina Aérope.
Agamenón estaba casado con Clitemnestra y era a su vez hermano del famoso héroe Menelao, rey de la ciudad de Esparta y esposo de Helena, una de las grandes protagonistas de la guerra de Troya. Ambas mujeres eran hermanas, hijas del rey Tíndaro de Esparta, ciudad en la que Agamenón y Menelao encontraron refugio cuando aún eran jóvenes y tras haber sido exiliados por su primo Egisto, que había tomado el trono de Micenas por la fuerza.
De este modo, y cuando el rey Tíndaro falleció, Menelao heredó el trono de Esparta, al igual que sucedería con el de Micenas y Agamenón, el cual recuperaría en este caso exiliando a su tío y a su primo Egisto de allí.
Agamenón, Menelao y la guerra de Troya
Agamenón fue un personaje poderoso y valiente que también tuvo un papel fundamental en la famosa guerra de Troya, un conflicto que se inició tras el secuestro de Helena por Paris (ayudado por la diosa Artemisa), un príncipe de la zona de Asia Menor. Dicho agravio condujo al inicio de la guerra por parte de Agamenón, que reunió todas las fuerzas militares que pudo para vengar a su hermano y su esposa luchando contra la ciudad de Troya, el lugar al que Paris se había llevado a Helena.
Aquella guerra, en la que Agamenón fue un auténtico líder según nos cuenta Homero, fue muy, muy larga, y produjo casi la destrucción total de la ciudad de Troya, lo que enfurecería muchísimo a la diosa Artemisa, que tenía preparada una última sorpresa para Agamenón antes de su vuelta a casa.
Así, Artemisa desató todo un montón de desastres sobre las tropas griegas de Agamenón, y la única forma de acabar con aquella situación y aplacar la furia de la diosa fue la de sacrificar a Ifigenia, hija de este y de Clitemnestra, aunque otras leyendas dicen que Artemisa solo engañó a Agamenón haciéndole creer que había acabado con ella.
Los últimos días del rey Agamenón
Fuese como fuese el destino de Ifigenia, lo cierto es que la vuelta de Agamenón a casa fue muy dura, pues el precio por calmar a Artemisa había sido demasiado alto y jamás perdonado por su esposa, siendo tan solo el principio del fin.
Clitemnestra, por su parte, que había iniciado una relación con Egisto durante la larga guerra, el primo exiliado de Agamenón, y que no conseguía entender ni superar la ausencia de su hija, decidió en venganza asesinar a Agamenón, poniendo fin al tremendo castigo que había iniciado la diosa contra él.
Tras esto Egisto recuperaría de nuevo el trono de la ciudad de Micenas, aunque aún debería enfrentarse más tarde a la venganza de Orestes (otro hijo de Clitemnestra y Agamenón) por la honra y la memoria de su padre, aunque esa es ya otra historia, ampliamente detallada en obras como la “Electra” de Sófocles o la de Eurípides.